El cuerpo de ustedes es como un templo. y en ese templo vive el Espiritu Santo que Dios les ha dado. Ustedes no son sus propios dueños. Cuando Dios los salvo, en realidad los compro, y el precio que pago por ustedes fue muy alto. Por eso deben dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios.......
1Corintios 6:19-20 (TLA)
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